lunes, 17 de febrero de 2014

Compra el libro antes que la moneda (I)

Ave.


Dentro del mundo de la numismática podemos encontrar cuatro tipos distintos de personas: el académico, el coleccionista, el inversor y el comerciante. Normalmente estas cuatro facetas no se sitúan en compartimentos estancos, sino que hay distintos grados de asimilación, por ejemplo el comerciante-coleccionista, el coleccionista-inversor, el académico-coleccionista, etc.

En este artículo me voy a centrar en los coleccionistas, que es donde yo me definiría, entendiendo como tales aquellas personas que, con más o menos esfuerzo, y a través de un período extenso de tiempo, acumulan un número de monedas por su interés, importancia histórica, belleza, temática, o cualquier otro tipo de consideración aparte de la simplemente material, pues entonces hablaríamos de un inversor.

El Diccionario de la Real Academia Española define colección en su primera acepción como  “conjunto ordenado de cosas, por lo común de una misma clase y reunidas por su especial interés o valor”, de donde sobresalen las palabras ordenado e interés/valor, y conjugando ambas nos adentramos en el maravilloso mundo del estudio de la numismática, que en mi experiencia ofrece altos grados de calidad y satisfacción incluso a nivel de coleccionista.

Casi todos hemos empezado a coleccionar monedas de curso legal de nuestro tiempo. Yo recuerdo mis comienzos a finales de los años 80, cuando empecé a guardarme la calderilla, los duros y pesetas de Juan Carlos I y los de Franco, que aún estaban en circulación por aquel entonces. Pronto me picó esa curiosidad que lleva dentro todo coleccionista, y empecé a hacer listas con las distintas fechas de acuñaciones que tenía. Llegados a ese momento, acecha la pregunta: ¿Cuáles me faltan? Y…  ¿será difícil conseguirlos? Todos nos hemos enfrentado a estas preguntas, en la mayoría de los casos sin saber muy bien cómo ni dónde obtener información.

La respuesta la suele proporcionar algún amigo coleccionista más experto que ya pasó en su día por la misma fase de incertidumbre, o asociaciones de numismática, preguntando a comerciantes de tu ciudad, y desde hace un par de décadas por el ubicuo internet, representado principalmente por los foros y páginas web. Todas estas interacciones del coleccionista son imprescindibles, primero para crear una red de contactos en la que apoyarte en tu afición, y segundo para ir adquiriendo lo que llamo “sabiduría callejera”, el saber dónde, cómo y a quién acudir, además del incremento de tus conocimientos a medida que interactúas con gente más experta.

© sheelamohan (Freedigitalphotos.net)

Pronto no será suficiente hacerse con los diferentes catálogos, sino que el deseo de estudiar las monedas hará que nos adentremos en los estudios monográficos como parte del proceso de aprendizaje y profundización.

© Stuart Miles (Freedigitalphotos.net)

Para seguir incrementando los conocimientos y tenerlos disponibles en todo momento, tenemos la bibliografía numismática. El mundo anglosajón tiene una frase  muy acertada: “Buy the book before you buy the coin”, es decir, compra el libro antes que la moneda, lo que viene a indicar que para acertar en la compra, y para pasar de mero acumulador/inversor a coleccionista has de informarte e instruirte primero, y luego comprar. Esto a veces es más fácil decirlo que hacerlo, ya que la literatura numismática comprende libros, revistas, estudios académicos, catálogos, y cualquier otro documento, de índole escrita o digital, que se adentre de manera general o específica en el estudio de monedas, medallas, papel moneda, etc.

En cualquier ámbito de la numismática la bibliografía existente es extensísima, desde que a partir de la Ilustración se empezara a trabajar de una manera sistemática en la ordenación del conjunto de monedas de toda índole desde el principio de las acuñaciones hace más de 2500 años.

© Raimundo Benzal Martínez

Como anticipo a las siguientes entregas, y apoyando lo anterior, en la foto podéis observar una reproducción de una sala de estudio en el s.XVIII, en este caso recreada en una vitrina del Museo Británico de Londres, en su sala de la Ilustración.

En ella puede verse una de las bandejas del monetario del rey Jorge III conteniendo varios áureos acuñados durante el Imperio Romano, junto con uno de los volúmenes del “Doctrina Numorum Veterum” de Eckhel, considerado el padre de la numismática moderna, publicado en 1792 en Viena, trabajo fundamental sobre el que aposentan todos los estudios modernos de numismática. Clain-Stefanelli comenta en su obra “Numismatics”: Con él empezó una nueva era en el estudio de numismática antigua: el método científico entró en el campo de la investigación complementando el enfoque más amateur que predominaba hasta entonces. Por primera vez en la historia, los elementos básicos de la numismática griega y romana – metales, sistemas ponderales, organización de las cecas, significado de los tipos, relación de las monedas con la historia del arte – se discuten en profundidad.

Este nivel es al que puede y debe aspirar todo coleccionista, quizá no en un contenido tan amplio como hizo Eckhel, sino limitado a nuestras preferencias o a las monedas presentes en nuestras colecciones. La bibliografía numismática, especialmente la antigua, se ha convertido en un factor de coleccionismo en sí, celebrándose subastas periódicas con obras clave y estudios monográficos ¡que llegan a alcanzar valores superiores a las monedas de las que hablan!

Para facilitar la labor de los coleccionistas interesados, en esta serie pretendo centrarme en las referencias más importantes en cuanto a numismática romana, comentadas según su utilidad.

Bene valeas.

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